La obra monumental de Anselm Kiefer representa un microcosmos de la memoria colectiva, encapsulando visualmente una amplia gama de alusiones culturales, literarias y filosóficas, desde el Antiguo y el Nuevo Testamento, el misticismo de la Cábala, la mitología nórdica y el Ciclo del Anillo de Wagner hasta la poesía de Ingeborg Bachmann y Paul Celan.
Nacido durante los últimos meses de la Segunda Guerra Mundial, Kiefer reflexiona sobre la identidad y la historia de Alemania después de la guerra, lidiando con la mitología nacional del Tercer Reich. Al fusionar el arte y la literatura, la pintura y la escultura, Kiefer aborda los complejos acontecimientos de la historia y las epopeyas ancestrales de la vida, la muerte y el cosmos. Su ilimitado repertorio de imágenes solo es comparable con la amplitud de los medios palpables en su obra.
La obra de Kiefer abarca pinturas, vitrinas, instalaciones, libros de artista y una variedad de trabajos sobre papel, como dibujos, acuarelas, collages y fotografías alteradas. Los elementos físicos de su práctica (plomo, hormigón, vidrio, textiles, raíces de árboles y libros quemados) tienen una resonancia simbólica tan amplia como su alcance. Al integrar, expandir y regenerar imágenes y técnicas, Kiefer saca a la luz la importancia de lo sagrado y lo espiritual, el mito y la memoria.
Anselm Kiefer nació en 1945 en Donaueschingen, Alemania. Tras estudiar Derecho y Lenguas Románicas, asistió a la Escuela Superior de Bellas Artes de Friburgo de Brisgovia y a la Academia de Bellas Artes de Karlsruhe, manteniendo al mismo tiempo contacto con Joseph Beuys.
El trabajo de Kiefer ha sido exhibido y coleccionado en los principales museos de todo el mundo
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